Autor: Carlos Calderon
Retrasar el alzhéimer con la dieta mediterránea: vitaminas, antioxidantes y pescado azul. Qué debe comer una persona con demencia.
La enfermedad de Alzheimer o síndrome de deterioro cognitivo es una enfermedad que, por lo general, aparece en personas de edad avanzada ocasionando deterioro cognitivo y trastornos de la conducta. Los problemas en el transcurso de la enfermedad repercuten tanto en el paciente como en sus familiares y cuidadores. Llegados a este punto, cabe que nos preguntemos: ¿aparecerán cambios en la conducta alimentaria del paciente? La respuesta es que sí.
Como seguro que ya sabes, el alzhéimer es una enfermedad evolutiva y aunque en sus inicios muestra poca incidencia en el estado nutricional, a medida que avanza irá afectando a la nutrición del paciente.
Las diferentes fases
A veces se atraviesan etapas de hambre excesiva o fases donde se repiten las comidas por no recordar haberlas realizado ya; otras personas tiene tendencia a comer productos que no son alimentarios, y en etapas más avanzadas aparece la negación a comer por miedo a ser envenenado o por la desaparición de la sensación de hambre. Hacia el final de la enfermedad, puede que la persona llegue a no saber cómo alimentarse, esto es, no saber masticar ni tragar. No todas las personas pasarán por estas fases ni en este orden, pero lo que sí parece cierto es que la mayoría de personas con esta enfermedad terminan perdiendo peso, algo que a largo plazo puede llevar a estados de desnutrición y aceleración de la enfermedad.
El papel protector de la dieta mediterránea
Mantener un buen estado nutricional tanto del paciente como de sus cuidadores ayudará a preservar la salud física e intelectual (no nos olvidemos de que nuestra dieta tiene influencia directa en la estructura y funcionamiento de nuestro cerebro). Además, varios estudios han demostrado la relación entre la dieta y la enfermedad y, aunque todavía queda mucho camino por recorrer, se ha descubierto que el perfil de dieta mediterránea, con abundante consumo de frutas y verduras frescas, pescado y bajo consumo de carne, podría tener un papel protector frente a la enfermedad.
Algo muy importante es que el cuidador controle la ingesta y el peso del enfermo, ya que si las personas de edad avanzada presentan una disminución de sus necesidades energéticas, las personas con alzhéimer, debido a la propia enfermedad y a la agitación, presentan un aumento de las necesidades tanto de energía como de proteínas.
Sabiendo que casi un 50% de estos enfermos acaban presentando algún tipo de desnutrición, nosotros queremos darte algunas recomendaciones que van a ayudarte a mantener una buena alimentación de esa persona a la que tanto quieres.
Vitaminas y antioxidantes por un tubo, las claves para evitar la desnutrición
El objetivo de estas recomendaciones es frenar o evitar la pérdida de peso, y aportar un elevado nivel de alimentos antioxidantes, vitaminas del grupo B y omega 3. De ahora en adelante, para que la persona esté bien el mayor tiempo posible debes tener en cuenta algunas cosas:
– Realizar comidas poco abundantes y muy nutritivas repartidas 5 o 6 veces al día
– Comer sentado y en compañía (a poder ser que coma de forma autónoma). Mantener la autoconfianza y autonomía el máximo de tiempo posible.
– Preparar platos con mucho color y fáciles de comer.
– Como las personas con alzhéimer suelen presentar un déficit de vitaminas, es fundamental incluir mucha fruta, verdura y frutos secos en las comidas para incrementar el aporte de Vitamina C, B y E.
– Las proteínas serán de vital importancia. Mucho mejor si estas provienen del pescado que las de carne, ya que aportarán grasas de mayor calidad. Si además incluyes el pescado azul, enriqueceremos la dieta con ácidos grasos omega 3.
-En general las personas mayores tienen menos sensación de sed. A los enfermos de alzhéimer se les debe dar agua con frecuencia.
-En fases iniciales, es importante realizar con él la lista de la compra e implicarlo en la elaboración de los alimentos. También resultará útil planificar los menús de cada día marcando lo que se comerá y a qué hora.
-Si el paciente tiene tendencia a comer cosas no comestibles es importante retirar de la vista aquellos productos que pueda confundir con comida y esconder todos los productos tóxicos (limpieza, medicamentos…)
-Si el problema es que se niega a comer, observa el interior de la boca para comprobar que no haya infecciones o llagas. Tal vez debas ofrecerle alimentos más fáciles de comer y permitirle usar las manos.
Algunas veces se niegan a abrir la boca, pero no es cuestión de desesperarse. Un masaje en las mejillas o dar ligeros golpecitos con un hielo en los labios puede facilitarte esta tarea.
-Cuando el hándicap es que no mastica o no traga, utilizar la técnica de la mímica puede funcionar, ya que la persona tiene la tendencia a imitar a su cuidador
Recuerda, además, que una conducta flexible por tu parte, respetando sus ritmos, permitiéndole autocorregirse, evitando enfrentamientos y siendo positivo, creando rutinas para evitar conflictos y, sobre todo, valorando de forma inmediata las ejecuciones correctas, serán de mucha ayuda.
Croquetas de atún, cocina casera para comer con los dedos
Ingredientes para 4 personas
– 100 gr. harina
– 400 ml. leche desnatada
– 250 gr. atún en conserva con aceite de oliva
– 1 manojo de perejil
– 2 dientes de ajo y media cebolleta
– 1 pimiento verde pequeño
– Medio puerro
– Huevo
– 1 cucharada sopera de semillas de sésamo
– Sal, pimienta y aceite de oliva
Pasos a seguir
1. En un cazo a fuego lento, sofríe las verduras picadas muy finitas con un buen chorro de aceite de oliva hasta que estén bien cocidas. Eso sí, procura que no lleguen a dorarse.
2. Agrega el atún desmigado y una cucharada de perejil picado, mézclalo todo bien y déjalo que sofría todo junto un par de minutos.
3. Añade la harina, mézclalo todo bien y vierte la leche poquito a poco y sin dejar de mover hasta que se forme una masa espesa pero ligera. Déjalo cocer sin parar de remover unos minutos, corrige el punto de sal y deja enfriar.
4. Forma las croquetas con la ayuda de un tenedor y rebózalas por huevo y pan rallado mezclado con las semillas de sésamo. Déjalo enfriar unas horas en la nevera antes de freír en abundante aceite de oliva. Ya está listo para servir.
Las croquetas son nutritivas, versátiles y fáciles de comer, y el atún es una buena fuente de proteínas y omega 3, mientras que verduras del sofrito aportan folatos, vitaminas y fibra. Por si fuera poco, el sésamo es una buena fuente de calcio y vitamina E.
Si acompañas las croquetas con un buen plato de verdura o una colorida ensalada y un buen batido de fruta con naranja tendrás una comida completa, fácil y rica. ¡Que aproveche!
Sobre Carlos Calderon

Criado en un pueblo a las afueras de Madrid, soy médico de familia por vocación.
Empecé este blog para documentar mis estudios de Salud Pública pero pronto, se convirtió en un referente del sector.
Recuerda consultar a tu médico. La información de este blog es meramente documental y nunca te lo tienes que tomar como datos verídicos. Siempre consulta a tu médico de cabecera antes de llegar a conclusiones con estos datos.