Autor: Carlos Calderon
Demencia frontotemporal: síntomas, evolución y tratamiento
Puede que tu seas una de esas personas que sufre, sin saberlo, demencia frontotemporal. A veces, los síntomas de este trastorno se asemejan en los del Alzheimer, provocando errores de diagnóstico. En este articulo vamos a tratar de explicarte paso a paso cuales son las características, síntomas, causas, evolución y tratamiento o soluciones de este trastorno que suele aparecer generalmente entre los cuarenta y los cincuenta años.

Qué es la demencia frontotemporal. Definición y causas
En términos generales, la demencia frontotemporal es un trastorno que se presenta en áreas del cerebro, normalmente asociadas con el lenguaje, la personalidad y/o el comportamiento. Este trastorno se manifiesta a través de cambios repentinos de la personalidad, comportamientos impulsivos y pérdida total o parcial del uso del lenguaje.
En lo que respecta a sus causas, no se ha podido especificar con exactitud el motivo de su aparición. Diversos estudios han demostrado que cuando una persona sufre demencia frontotemporal, los lóbulos frontales y temporales del cerebro se estrechan y, por lo general, apuntan a la mutación de los genes como principal causa.
Síntomas de la demencia frontotemporal
En cuanto a los síntomas de esta enfermedad, cabe destacar que estos irán empeorando según vaya pasando el tiempo, varían mucho en función de la capacidad de resistencia de la persona y aun hoy en día, para los médicos supone todo un reto a la hora de elaborar el diagnostico en función de los síntomas de la demencia frontotemporal. Esto es debido a que es difícil identificar con precisión las enfermedades comprendidas dentro de la categoría de demencia frontotemporal.

Cambios en el comportamiento
Los principales síntomas con el que nos vamos a topar es el del cambio del comportamiento en la persona, la perdida de empatía, la falta de juicio e inhibición, la facilidad de aparición de apatía, comportamiento compulsivo reiterativo, cambios de hábitos alimenticios, falta de higiene personal o falta de conciencia del pensamiento son algunos de ellos.
Debemos de estar atentos para poder identificar si una persona reúne todos estos síntomas y comportamientos que se derivan a la enfermedad, aunque sin duda, los dos síntomas que mas se relacionan con la enfermedad son los que destacamos a continuación.
Alteraciones del habla y el lenguaje
En algunos subtipos de demencia frontotemporal, la característica clave para identificar la enfermedad se basa en el deterioro palpable de la perdida del habla y de las facultades a la hora de utilizar el lenguaje. De esta manera, el concepto de afasia guarda relación con el trastorno del lenguaje cuya característica principal es la dificultad de comunicación con otros individuos, tanto mediante el lenguaje como a través de la escritura o la mimética.

De esta forma, podemos distinguir entre la afasia primaria progresiva, caracterizada por el incremento de la dificultad para usar el lenguaje con el paso del tiempo, la demencia semántica, cuya persona que la sufre presenta una gran dificultad para nombrar objetos, así como la perdida de conocimiento para referirse a objetos. Por último, nos encontramos con la afasia agramatical progresiva, cuya principal característica es la reiteración de errores en la construcción de oraciones simples.
Trastornos de movimiento
Otros trastornos que se derivan de la demencia frontotemporal pueden desembocar en problemas relacionados con el movimiento. En este sentido, la enfermedad guarda un cierto parecido con el Parkinson o la esclerosis lateral amiotrófica.
Estos trastornos del movimiento presentan una serie de síntomas, como lo pueden ser los temblores, rigidez en la musculatura, espasmos musculares, mala coordinación motora, dificultad para tragar y debilidad muscular.
Fases o etapas de la demencia frontotemporal
En cuanto a las fases de la demencia frontotemporal, tratan de referirse a la progresión de la enfermedad en cada persona. Para indicar la etapa en la que se encuentra la enfermedad, los especialistas pueden utilizar una escala, siendo la más genérica, la escala global de la deterioración para el gravamen de la demencia degenerativa primaria, el cual, divide la enfermedad en 5 etapas diferenciadas entre si que variaran en función del grado de afección.

La escala de Reisberg “que es el otro nombre por el que se le conoce a la escala global de la deterioración para el gravamen de la demencia degenerativa primaria, subdivide en las siguientes etapas.
Fase 1 o leve
La fase 1 o etapa leve, incluye los síntomas tales como la falta de memoria o dificultad en la búsqueda de palabras y términos gramaticales. Estos síntomas van a tender en esta fase a irse incrementando y por lo general, esta fase suele aparecer siete años antes del inicio de la demencia frontotemporal definitiva.
Fase 2 o moderada
Esta segunda fase se caracteriza por la dificultad de concentración, perdida de memoria a corto plazo y entorpecimiento a la hora de realizar tareas cotidianas.
Esta segunda etapa también se reconoce por la imprecisión de la persona para llevar a cabo tareas más complejas que las citadas con anterioridad, además de empeorar las interacciones sociales derivados de la perdida de la velocidad mental para la comunicación fluida. Esta fase tiene como duración estimada media, dos años.
Fase 3 o severa
Esta fase representa a estas alturas un peligro latente, ya que la deficiencia en el estado de la memoria se hace bastante palpables. Actividades cotidianas y diarias relacionadas con las necesidades más básicas se ven alteradas y dificultadas, como bañarse, vestirse o cocinar.
La persona que lo sufre puede verse en serios problemas, sobre todo ante la dificultad de no recordar su domicilio o su numero de teléfono, lo que conlleva a que se tenga que llevar un control total de esta persona para evitar males mayores. La duración de la enfermedad en esta etapa se estima en un año y medio.

Fase 4 o muy severa
La cuarta fase se caracteriza por necesitar ayuda constante para la totalidad de las tareas diarias. A estas alturas de la enfermedad, las personas comienzan a olvidar los nombres de los miembros de la familia y no tienen apenas recuerdos a corto plazo. En esta etapa también se pueden dar casos de perdida de control de vejiga y delirio. La duración de la enfermedad en esta fase se promedia en dos años y medio.
Fase 5 o profunda
La quinta y última fase. En esta etapa, la persona no tiene prácticamente habilidades sociales para la comunicación. Requiere de ayuda constante de 24 horas para todas las tareas cotidianas del día a día vinculadas con las necesidades primarias. En los peores casos, estas personas pueden perder incluso, la habilidad de caminar debido a problemas psicomotores.
Diagnóstico de la demencia frontotemporal
Como hemos mencionado anteriormente, esta enfermedad no es fácil de diagnosticar, por lo que los médicos, por norma general, optan por identificar los síntomas de la enfermedad excluyendo previamente otras posibles enfermedades. El diagnóstico se ve realmente difícil de realizar, sobre todo, en las primeras fases de la enfermedad, ya que los síntomas suelen ser parecidos a la de otras enfermedades relacionadas con la demencia frontotemporal.

Análisis de sangre
Principalmente, el análisis de sangre es una técnica muy utilizada por cualquier médico para comenzar con la tarea de exclusión de otras enfermedades. Como hemos mencionado anteriormente, la dificultad agregada para identificar la enfermedad hace que los médicos opten principalmente por descartar otras enfermedades. Con un simple análisis de sangre, los médicos pueden descartar otro tipo de afecciones como la enfermedad hepática o renal.
Pruebas neuropsicológicas
En diversos casos, se puede llevar a cabo pruebas que guarden estrecha relación con las capacidades mentales vinculadas a la memoria. Estas pruebas neuropsicológicas se estiman de vital importancia, sobre todo para identificar los síntomas de la demencia frontotemporal en las primeras etapas, que es precisamente cuando más difícil es el diagnostico.
Exploraciones del cerebro
Este tipo de prueba es de especial relevancia para detectar anormalidades en el cerebro, tales como tumores o coágulos, que pueden ser los principales responsables de las causas de la enfermedad.
En cuanto a exploraciones se refiere, el medico puede optar por la resonancia magnética, cuya maquina utiliza ondas de radio y un campo magnético para reproducir imágenes del cerebro, o la tomografía por emisión de positrones, que utiliza material radioactivo en dosis bajas que ayuda a visualizar el metabolismo del azúcar en sangre dentro del propio cerebro.
Tratamiento de la demencia frontotemporal
Por desgracia y aun con todo el progreso de la medicina disponible, la demencia frontotemporal hoy en día no tiene una cura especifica. Es por ello por lo que el tratamiento de la demencia se va a centrar exclusivamente en controlar los síntomas de la manera mas eficaz posible para preservar la salud y la dignidad de la persona.

Medicamentos
Los medicamentos para tratar este tipo de enfermedad van a ir encaminado a reducir los problemas derivados del comportamiento compulsivo generado por la demencia.
Los antidepresivos cobran fuerza en este sentido, como la trazodona, antidepresivo que tiende a reducir considerablemente los problemas derivados del comportamiento. Al antidepresivo, debemos de sumarle los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina y los antipsicóticos como la olanzapina o la quetiapina, los cuales, ayudan a combatir los problemas generados del comportamiento.
Terapia
La terapia para combatir esta enfermedad debe de ir encaminado a intentar resolver los problemas derivados del comportamiento. Para ello, la terapia ocupacional es de vital importancia para la convivencia diaria del paciente en su propio entorno, así como simplificar las tareas mas elementales para reducir el estado de confusión que se deriva de la propia demencia.
Estilo de vida y estrategias de afrontamiento y apoyo
Por desgracia, cuanto mayor grado de afección se tenga de demencia frontotemporal, mayor dependencia se necesitará para la realización de las tareas mas elementales. Por ello, a la hora de obtener una buena estrategia para afrontar la enfermedad, es recomendable facilitar en lo máximo posible la vida de la persona en su entorno hogareño, con el fin de proporcionar seguridad.

El ejercicio físico puede ser un apoyo vital, ya que este ayuda a mejorar el estado de animo y ayudara al paciente a conciliar mejor el sueño. Con respecto a reunir consejos de cara a las personas encargadas de cuidar a un paciente con demencia frontotemporal, estos deben de evitar situaciones que desencadenen un comportamiento compulsivo, mantener un ambiente tranquilo, proporcionando simplicidad en las tareas cotidianas y usar el sentido del humor.
Información adicional para los cuidadores
Como hemos mencionado anteriormente, cuidar de una persona con demencia frontotemporal puede resultar una tarea difícil y agotadora debido en gran parte a los problemas derivados de los cambios de conducta repentinos que se pueden derivar.
Los cuidadores necesitaran ayuda en todo momento de los familiares, amigos o grupo de apoyo. Además, desde nuestro articulo recomendamos planificar con antelación las posibles consecuencias de la enfermedad, sabiendo como actuar en cada momento. En lo que respecta a la propia salud de los cuidadores, dado que este trabajo es duro, recomendamos el ejercicio como terapia, una dieta sana y equilibrada así como ejercicios mentales capaces de controlar el estrés que puede generar el cuidado de estas personas.
Sobre Carlos Calderon

Criado en un pueblo a las afueras de Madrid, soy médico de familia por vocación.
Empecé este blog para documentar mis estudios de Salud Pública pero pronto, se convirtió en un referente del sector.
Recuerda consultar a tu médico. La información de este blog es meramente documental y nunca te lo tienes que tomar como datos verídicos. Siempre consulta a tu médico de cabecera antes de llegar a conclusiones con estos datos.