Autor: Carlos Calderon
Problemas de memoria, agresividad depresión, demencia… Cómo se tratan los síntomas del alzhéimer y la demencia senil.
Lo cierto es que, hoy en día, el tratamiento del alzhéimer no es un tratamiento curativo. Y no lo es porque, desgraciadamente, no contamos con unos medicamentos que actúen sobre la causa de la enfermedad y lleven a la curación. Por esta razón, los tratamientos se centran en tratar los síntomas. Además de utilizar fármacos que actúan sobre la memoria y sobre otros síntomas como la depresión y la ansiedad, una parte importante del tratamiento consiste en crear un ambiente seguro, tratar de que la persona haga ejercicio físico y entrenamiento de las funciones afectadas, y se alimente de forma apropiada.
Cuando la memoria empieza a resentirse…
Existen dos tipos de fármacos que actúan sobre la memoria y que están indicados en las primeras fases de la enfermedad. Se trata de medicamentos que pueden retrasar el deterioro de la memoria y la atención y se pueden combinar a la vez con fármacos indicados para otros síntomas.
El primer grupo, los inhibidores de la acetilcolinesterasa, actúan inhibiendo la enzima de la acetilcolinesterasa y aumentando los niveles de acetilcolina en el cerebro (que suelen estar disminuidos en los casos de alzhéimer). De esta forma, se consigue una mejora de la comunicación intercelular. Los principales tratamientos de este tipo son donepezilo, rivastigmina, tacrina y galantamina.
La Memantina, por su parte, es un antagonista del receptor NMDA que actúa protegiendo frente al exceso de glutamato que liberan las células dañadas por el alzhéimer. Se suele utilizar asociado a un inhibidor de la acetilcolinesterasa.
Es importante no tener unas expectativas muy altas en estos fármacos puesto que su efecto no frena la progresión de la enfermedad a largo plazo, sino que su objetivo es mejorar la calidad de vida de los pacientes, cuidadores y familiares durante un tiempo. De la misma forma, es importante que se reevalúe su efectividad y efectos secundarios a menudo.
Por otro lado, en los últimos diez años, se han realizado múltiples estudios experimentales en los que se ha observado la falta de determinados nutrientes en personas con esta enfermedad, nutrientes que aportarían el material necesario para evitar la degeneración de las sinapsis neuronales. El resultado de estos estudios ha demostrado que una combinación específica de nutrientes (DHA, uridina, colina y vitaminas del grupo B) parece tener efectos beneficiosos en la función cognitiva de estas personas mejorando la memoria en las primeras fases.
Además de los fármacos, los aportes nutricionales y el ejercicio, no podemos olvidarnos de las técnicas memorísticas que complementan la acción de todos ellos. Hoy en día contamos con muchas y habrá que adaptarlas a los gustos de cada persona para que sean más efectivas. Las rutinas, los diarios, las etiquetas y los periódicos son de gran ayuda, además de las múltiples aplicaciones móviles, juegos y programas de los que disponemos hoy en día. Es importante adaptar todas estas técnicas al nivel de formación del paciente, puesto que en etapas tempranas pueden aburrirle y hacer perder el interés si son demasiado sencillas.
Los cambios de comportamiento
Los cambios de comportamiento, carácter, depresión, ansiedad pueden ser más problemáticos que la pérdida de memoria o desorientación y se irán tratando uno a uno y de forma combinada teniendo en cuenta las interacciones entre los distintos fármacos.
Tratar la depresión
En las fases tempranas de la enfermedad, la depresión puede dificultar mucho el diagnóstico, así que lo más importante será diferenciar ambas enfermedades. Es importante saber que la persona afectada por alzhéimer en muchas ocasiones no va a ser capaz de explicar que padece una depresión por lo que habrá que estar atentos a otros síntomas como son la pérdida de apetito, las alteraciones del sueño, la pérdida de energía e iniciativa, la baja autoestima, la irritabilidad y la ansiedad. El tratamiento de esta puede ser psicológico, aunque también pueden añadirse antidepresivos en algunos casos. Los antidepresivos más indicados son los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina ISRS (fluoxetina, paroxtetina, sertralina.)
¿Y si existe agresividad?
La agresividad puede deberse a muchos factores como son la desorientación, la confusión, las alucinaciones, la depresión o el insomnio. Es una de las partes más difíciles de afrontar para los cuidadores y afortunadamente no es uno de los síntomas más frecuentes. Lo más importante es tratarla de forma abierta y buscar ayuda antes de que nos lleve al agotamiento. Dependiendo de los desencadenantes del comportamiento agresivo se utilizarán unos tratamientos u otros. En el caso de estar asociado a alucinaciones puede ser necesario el tratamiento con antipsicóticos.
Si aparecen delirios y alucinaciones
Los delirios son frecuentes en los pacientes con demencia y generan mucho estrés tanto al paciente como a sus familias. Los más frecuentes suelen estar relacionados con la sensación de presencia de extraños/ ladrones en casa y suplantación de familiares por impostores. Pueden precisar tratamiento con antipsicóticos si afectan mucho a la calidad de vida del paciente y del cuidador, aunque debe evitarse dejar completamente apático al paciente.
El insomnio
El tratamiento más indicado en estos pacientes es la aplicación de medidas de higiene del sueño, puesto que los fármacos para dormir pueden aumentar la confusión. De ahí que se reserven para cuando éstas no hayan funcionado. Las principales son: disminuir horas de sueño durante el día, hacer ejercicio, evitar cafeína y alcohol.
No todo son medicinas en el tratamiento del alzhéimer. Una parte del tratamiento la constituyen todas las medidas que mejorarán la calidad de vida diaria: un hogar seguro, mantenerle físicamente activo y conseguir que se alimente de una forma equilibrada evitando la desnutrición. No nos cansaremos de recalcar que un cuidador cuidado es la piedra angular de esta enfermedad y, aunque no se incluya en los libros de texto como tratamiento, no debe de olvidarse nunca. El cuidador debe recordar tomar su propia medicación, no olvidar sus revisiones, citas programadas y momentos de ocio para estar fuerte y poder seguir adelante con el cuidado de su familiar.
Sobre Carlos Calderon

Criado en un pueblo a las afueras de Madrid, soy médico de familia por vocación.
Empecé este blog para documentar mis estudios de Salud Pública pero pronto, se convirtió en un referente del sector.
Recuerda consultar a tu médico. La información de este blog es meramente documental y nunca te lo tienes que tomar como datos verídicos. Siempre consulta a tu médico de cabecera antes de llegar a conclusiones con estos datos.