Autor: Carlos Calderon
La artritis es una patología crónica que afecta mayoritariamente a las mujeres de 40 y más años de edad. También afecta en menor proporción a los hombres, generando la inflamación de las articulaciones, algunos órganos y tejidos en el organismo. La medicina ha avanzado tanto que ahora distingue más de cien tipos de artritis reumatoide que van atacando áreas diferentes.
Los síntomas de la artritis incluyen rigidez, dolor y dificultad para moverse. Bajo la categoría de enfermedad autoinmunitaria, el mismo organismo se altera y comienza a deteriorar células sanas al percibirlas como agentes externos. Al acumularse más de lo normal el líquido sinovial en las articulaciones, encargado de lubricarlas, hay mucha inflamación, erosión en los huesos y deformaciones.
En algunos pacientes el cuadro se agrava, pues ya no se ven limitados por la enfermedad en una articulación sino en varias, lo que los incapacita para seguir desenvolviéndose normalmente en sus actividades cotidianas. La artritis reumatoide arroja como síntoma rigidez articular en las manos y en los pies al despertar en las mañanas, debilidad muscular, fiebre, cansancio y pérdida del apetito. La patología avanza gradualmente. Más adelante, se ven comprometidos los nudillos, los dedos y las muñecas. También hay quienes reportan pérdida de peso, hormigueo, dolor en el cuello y resequedad en la boca.
Errores comunes
Si ya fuiste diagnosticada (o) con artritis reumatoide, debes saber que existen una serie de medidas de precaución que es necesario tener en cuenta para evitar que la enfermedad continúe desarrollándose. Entre los hábitos que empeoran los síntomas está fumar, trabajar frente a un teclado por largos periodos de tiempo y cargar bolsos o cosas que pesen, algo tan simple y cotidiano que puede perjudicar tu salud.
Al caer en la rutina es probable que ni te des cuenta que estás haciendo cosas que no debes, pero ten cuidado, pues la artritis es degenerativa y avanza conforme pasa el tiempo, así que debes prestarle la debida atención y evitar incurrir en hábitos que pueden complicarte.
Recuerda que es una enfermedad que se controla y más allá de tomar tu medicación, es necesario que evites, en primer lugar, comer más de lo normal, en vista de que el sobrepeso incrementa el riesgo de desarrollarla y junto a la obesidad, puede causar mucho dolor y daño articular. Los tobillos, las rodillas y las caderas son las que más sufren, aparte de la columna en su esfuerzo por sostener el tronco y mantener la postura corporal. Más bien enfócate en mantener tu peso ideal.
En segundo lugar, no abuses ni subestimes el ejercicio físico. Tanto el sedentarismo como el esfuerzo excesivo son dañinos, así que ponte en forma con suaves caminatas y ligeramente aumenta la intensidad. Deja el cigarrillo, ya que interfiere con el efecto de los medicamentos y obstruye los vasos sanguíneos de las articulaciones.
No dejes de tomar calcio, vitamina D y Omega 3, estos harán que tus huesos y tus músculos se mantengan sanos, los encontrarás en lácteos, almendras, cereales, pescado y en los complementos vitamínicos. Finalmente, trata de dormir bien, elimina el café, el uso del celular en la habitación, apaga el televisor y relájate.
Sobre Carlos Calderon

Criado en un pueblo a las afueras de Madrid, soy médico de familia por vocación.
Empecé este blog para documentar mis estudios de Salud Pública pero pronto, se convirtió en un referente del sector.
Recuerda consultar a tu médico. La información de este blog es meramente documental y nunca te lo tienes que tomar como datos verídicos. Siempre consulta a tu médico de cabecera antes de llegar a conclusiones con estos datos.