Autor: Carlos Calderon
Perder los kilos de más cuando se convive con una enfermedad como la artritis es absolutamente necesario.
Si convives con la artritis y además tienes sobrepeso u obesidad, ya sabrás que los kilos de más no son un buen aliado de la enfermedad reumática. La razón es sencilla: las articulaciones se ven obligadas a soportar el peso del propio cuerpo a diario, y cuanto más peso soportan, mayor es la fricción y el dolor. Si estás planteándote perder peso debes ser consciente de algo: el camino está sembrado de frustración, tentaciones y autoengaños, y cada día ofrece un buen puñado de oportunidades para recaer en los malos hábitos alimenticios y la escasa o nula actividad física.
Por suerte, muchos de nuestros fracasos dependen de factores sobre los que tenemos todo el control, y si estamos mentalmente preparados, descubriremos que no es tan complicado perder peso de forma continua y saludable. Con un poco de anticipación, sensatez y astucia, esquivarás tus propias trampas y lograrás tu objetivo.
Sé paciente: no intentes perder más de un kilo a la semana
Nuestro cerebro es “un animal de costumbres” y a menudo los mejores planes fracasan porque no damos la importancia que tiene a su enorme capacidad de resistencia al cambio. Acometer variaciones pequeñas y graduales en tus hábitos alimenticios son la mejor forma de cambiar para siempre tu dieta.
Porque recuerda que, si quieres evitar el sobrepeso y la obesidad, tus objetivos deben ser a largo plazo; necesitas adquirir una nueva forma de comer que puedas mantener durante toda la vida. Es posible que puedas mantener un cambio drástico en tus hábitos alimenticios durante unos pocos días, pero lo más probable es que después de unas semanas vuelvas a sobrealimentarte, y con ansias renovadas.
Además de infectivo, perder peso demasiado rápido no es saludable. Perderás mucha agua y masa muscular, tu piel se lesionará y aparecerán estrías, y hasta es posible que aparezcan condiciones serias, como la osteoporosis o problemas cardiacos. Recuerda: Roma no se construyó en una hora, y va a llevarte tiempo edificar tu nuevo edificio corporal.
Vas a echar de menos la comida casi como si fuera un amigo
Consciente o inconscientemente, muchas personas acaban viendo la comida (especialmente aquella con mucho azúcar y/o grasas) como una vía de escape al estrés, una recompensa, algo a lo que abandonarse cuando se sienten tristes o angustiados…
Son la clase de esquemas mentales típicos de una persona adicta, y aunque los riesgos físicos y psicológicos de la adicción a la comida ciertamente no pueden compararse con otro tipo de dependencias, lo cierto es que siguen el mismo patrón.
Debes de ser consciente de que, cuando empieces a comer de forma saludable, vas a echar mucho de menos estos “premios”. Por suerte, el cerebro es fácil de engañar, y si estableces nuevas recompensas (una fruta,un yogur, o hasta un baño) el cambio será mucho más fácil de llevar.
Vas a tener que ser más activo
Es bastante probable que si empiezas a hacer ejercicio sin cambiar tu dieta no notes ninguna mejora: sencillamente no podemos quemar tantas calorías haciendo deporte. Pero si combinas la actividad física con nuevos hábitos alimenticios, verás que las cambios no se harán esperar mucho.
Si la artritis no te permite ir al gimnasio o correr, debes intentar moverte cuanto puedas. Volver caminando a casa desde el trabajo es una buena idea, pero una aún mejor sería tratar de cambiar el ocio sedentario(ver la televisión o navegar por Internet) por actividades que requieran actividad, como visitar museos, pasear por el parque o apuntarse a clases de baile.
Esta clase de planes, además, ayudarán a que aumente tu autoestima y empieces a disfruta de la vida que (pese a lo que digan y te creas) es igual de bonita e ilusionante para todos, tengan el peso que tengan.
Autor: Ramón Rodríguez, Periodista
Sobre Carlos Calderon

Criado en un pueblo a las afueras de Madrid, soy médico de familia por vocación.
Empecé este blog para documentar mis estudios de Salud Pública pero pronto, se convirtió en un referente del sector.
Recuerda consultar a tu médico. La información de este blog es meramente documental y nunca te lo tienes que tomar como datos verídicos. Siempre consulta a tu médico de cabecera antes de llegar a conclusiones con estos datos.