Autor: Carlos Calderon
El deterioro de las articulaciones es causado por la artritis reumatoide, enfermedad crónica que produce mucha inflamación, dolor, deformidades y dificultad para moverse, extendiéndose a diversas partes del cuerpo, según el estado del paciente. Al limitar la calidad de vida de las personas, debilita el sistema inmune y hace que se alteran las defensas, en detrimento del propio organismo.
Evitar los factores desencadenantes es fundamental, por lo cual las investigaciones se han enfocado en determinar cuál es el mejor clima para la artritis reumatoide. Está comprobado que los cambios en la temperatura del ambiente hacen que se dispare el dolor en las coyunturas, al igual que la presión barométrica, pues interviene en la presión de la cavidad articular, hecho que puede generar dislocaciones.
Muchos se preguntan si la artritis reumatoide empeora con frío o calor, lo cierto es que el estado del tiempo puede predecir el dolor y por ello es frecuente que muchos se quejen del frío y opten por mudarse a zonas más cálidas que les permita recuperar la tranquilidad y su estado de salud.
Complicaciones
Comúnmente, se registran casos de pacientes que refieren que el dolor y la inflamación aumentan con el frío o con la lluvia, debido a que las bajas temperaturas ocasionan espasmos musculares, reduciendo la circulación sanguínea y agravando los síntomas de la enfermedad. Hasta los momentos, los especialistas se han enfocado en ajustar la medicación en cada persona, mientras consiguen la manera de aportar más bienestar.
Algunos optan por aplicar terapias de calor para rehabilitar los tejidos en las manos y en los pies, en función de disminuir la tensión articular. En temporada de invierno, es necesario que se utilicen abrigos y ropa que ayude a mantener la temperatura corporal, pero que sea cómoda y no interfiera con los movimientos y el equilibrio. Los guantes son una alternativa y los encontrarás de diferentes tipos, hasta de esos que proyectan calor gracias al uso de la tecnología.
Si está haciendo mucho frío, puedes hacer ejercicio, siguiendo una rutina de entrenamiento supervisada por un fisiatra o un traumatólogo. Mantente hidratado, abrígate y sal a caminar mientras incrementas los niveles de vitamina D en el organismo, ya que dicho componente se asocia con la sensibilidad al dolor y la aparición de la osteoporosis. La alimentación desempeña un papel fundamental, sobre todo una dieta balanceada rica en vitaminas.
Evita los ambientes inseguros y si notas que ha llovido demasiado, puedes entrenar en un gimnasio o en un establecimiento cerrado donde no corras ningún tipo de riesgo. Trázate metas y evalúa la mejoría conforme pase el tiempo. El yoga es muy provechoso, tiene sus ventajas al igual que el pilates y los ejercicios en el agua. Poco a poco sube de nivel y eleva la intensidad, todo bajo la autorización de tu médico de confianza.
Sobre Carlos Calderon

Criado en un pueblo a las afueras de Madrid, soy médico de familia por vocación.
Empecé este blog para documentar mis estudios de Salud Pública pero pronto, se convirtió en un referente del sector.
Recuerda consultar a tu médico. La información de este blog es meramente documental y nunca te lo tienes que tomar como datos verídicos. Siempre consulta a tu médico de cabecera antes de llegar a conclusiones con estos datos.