Autor: Carlos Calderon
En la actualidad se sabe que alrededor de un 5 % de todos los tipos de cáncer son atribuibles al VPH.
Por virus del papiloma humano (VPH) se conoce al grupo de más de 100 virus relacionados (de los cuales 40 pueden transmitirse muy fácilmente por contacto sexual) que pueden afectar a la piel y las membranas que recubren determinadas partes del cuerpo, como la boca y la garganta, el ano, el cuello del útero, la vagina o el pene. Aunque algunas de estas formas se han identificado como benignas y pueden aparecer y posteriormente desaparecer sin causar ningún tipo de síntoma o secuela, otras se encuentran estrechamente relacionadas con el riesgo de desarrollar cáncer. En concreto, son los tipos del VPH conocidos como de “alto riesgo” los que aumentan el riesgo de desarrollar determinados tipos de cáncer, como el de ano, cuello del útero, pene, vulva, vagina, y cabeza y cuello.
¿Qué relación existe entre el VPH y el cáncer de cabeza y cuello?
En la actualidad se sabe que alrededor de un 5 % de todos los tipos de cáncer son atribuibles al VPH. En el caso del cáncer de cabeza y cuello, se calcula que cada año aparecen alrededor de 45.000 nuevos casos relacionados con una infección por virus del papiloma humano.
De todos los tipos de VPH de alto riesgo que existen (VPH 16, 18, 31, 33, 35, 39, 45, 51, 52, 56, 58, 59, 66 y 68), los tipos 16 y 18 son los que presentan tasas de eliminación más bajas, y numerosos estudios concluyen que las mujeres infectadas por estos dos tipos presentan más probabilidades de desarrollar lesiones tumorales que aquellas infectadas por otros de los virus de alto riesgo mencionados.
Además, sabemos que en concreto el VPH 16 está estrechamente relacionado con el cáncer orofaríngeo, y que entre el 80 % y el 90 % del resto de los cánceres de cabeza y cuello se hallan vinculados con este mismo virus.
¿Qué hace exactamente el VPH en el organismo?
El virus del papiloma humano desencadena el desarrollo del tumor a través de la acción de sus oncoproteínas E6 y E7 en numerosas vías celulares. Lo que hacen exactamente estas oncoproteínas es inactivar el gen p53 y la proteína del retinoblastoma, además de contribuir a la evasión del sistema inmune. Los tumores que se relacionan con el VPH tienen unas características biológicas y clínicas, además de una expresión génica y una forma de mutar diferentes a las de aquellos tumores que no se han desarrollado como consecuencia de una infección por VPH. De hecho, dentro de la gravedad que supone un diagnóstico de cáncer de cabeza y cuello, se sabe que el pronóstico de aquellos tumores causados por VPH es algo mejor que los que se desarrollan como consecuencia del consumo de tabaco y alcohol.
¿Existe alguna forma para prevenirlo?
En los últimos años, la vacunación contra el VPH se ha convertido en una práctica médica habitual. Aunque fue desarrollada sobre todo para evitar los cánceres ginecológicos y todavía son necesarios estudios más avanzados que confirmen la eficacia de este método en la prevención del cáncer de cabeza y cuello asociado a este virus, se cree que es capaz de proteger frente al 90 % de las infecciones que representan un potencial riesgo de cáncer orofaríngeo.
Sea como fuere, también debe tenerse en cuenta que en el desarrollo de este tipo de tumores entran en juego otros factores de riesgo, como son el consumo de alcohol y tabaco (relacionados con un 75 % de los casos de este tipo de cáncer), ciertos síndromes genéticos, como la anemia de Fanconi, y la exposición a radiación, a aserrín y a vapores de pinturas.
Autor: Purificación Salgado, Periodista
Sobre Carlos Calderon

Criado en un pueblo a las afueras de Madrid, soy médico de familia por vocación.
Empecé este blog para documentar mis estudios de Salud Pública pero pronto, se convirtió en un referente del sector.
Recuerda consultar a tu médico. La información de este blog es meramente documental y nunca te lo tienes que tomar como datos verídicos. Siempre consulta a tu médico de cabecera antes de llegar a conclusiones con estos datos.