Autor: Carlos Calderon
La epilepsia es un mal que puede afectar enormemente la calidad de vida de las personas que la padecen. Pueden degenerar en problemas no solo de tipo psicológico y nervioso, sino también en problemas de tipo familiar.
Se sabe de personas que han perdido familias por un mal tratamiento de la epilepsia o por no llevar a cabo el mismo. Esta condición no es un juego, ya que puede ser muy demandante.
La epilepsia no es solo demandante para el paciente, sino que también sus seres queridos, amigos y familiares deben de tomar el tiempo para poder apoyar al paciente, estar con él al pendiente de que tome con seriedad el tratamiento y de hallarse presentes y preparados para cualquier eventualidad que la condición amerite. En este post aprenderás sobre epilepsia familiar y cómo los distintos miembros de un núcleo familiar deben actuar con un pariente epiléptico.
Qué es la epilepsia
La epilepsia es una condición médica en la cual se mezclan afecciones propias tanto del cerebro como del sistema nervioso. Las neuronas existentes en el cerebro producen pequeños impulsos eléctricos para que las diferentes partes del cuerpo puedan llevar a cabo los movimientos que hacen falta para llevar a cabo las actividades cotidianas. Algo tan sencillo como mover un dedo es logrado por estos impulsos.
Cuando se da la epilepsia ocurre una anomalía en el cerebro, que ocasiona que los impulsos que salen de las neuronas afecten una buena parte del cerebro y del sistema nervioso, ocasionando que se den cambios a nivel físico.
Estos cambios pueden constar de parálisis momentánea de algún miembro, desvanecimiento parcial o total y convulsiones en los casos más graves. Estos síntomas pueden ser especialmente complicados para la familia del paciente, y más si este es un niño. Es por ello que hay muchos consejos y ayudas que pueden darse a los familiares de un paciente con epilepsia.
Padres de niños con epilepsia
Una de las cosas en que afecta la epilepsia, es en la vida familiar del paciente. Cuando se padece de esta enfermedad es muy fácil creer que se ha pasado a ser una carga, especialmente en el caso de los niños, quienes son muy sensibles.
Sin embargo, hay muchas cosas que los padres pueden hacer por sus hijos epilépticos, siendo la primer de ellas el tomar consciencia de la enfermedad para poder ayudar a su pequeño.
Otra de las cosas que puedes hacer es comunicar a aquellas personas que se relacionan con el niño la condición que éste padece y las formas en que pueden ayudarle. Lo importante es que la mayor cantidad de personas puedan conocer de la condición, pues eso se traducirá en una mayor comprensión para el niño.
No se debe cometer el error de sobreproteger al niño, ya que este debe crecer considerándose una persona normal. Uno de los errores que los padres cometen es proteger al niño demasiado, y este se termina creyendo que no es un niño como los otros, lo que puede hacer que se sienta aislado. Se debe fomentar la independencia del niño, pero que siempre se tenga en claro la condición.
Un punto importante es recordar que en el caso de los niños estos pueden ser un tanto manipuladores, y pueden tomar el hecho de que tienen la enfermedad como una forma de conseguir lo que quieren. No se debe de mimar en exceso al niño ni caer en sus juegos únicamente porque padece la enfermedad. Evitar las actuaciones y las afecciones falsas de la enfermedad, pues el niño debe recordar que es como cualquier otro, aunque cuente con la condición. Contar con un terapeuta familiar que pueda ayudarles en el correcto trato psicológico del niño es de mucha utilidad, lo que ayudará a que toda la familia se involucre en el tema y el niño se sienta acompañado y en confianza.
Sobre Carlos Calderon

Criado en un pueblo a las afueras de Madrid, soy médico de familia por vocación.
Empecé este blog para documentar mis estudios de Salud Pública pero pronto, se convirtió en un referente del sector.
Recuerda consultar a tu médico. La información de este blog es meramente documental y nunca te lo tienes que tomar como datos verídicos. Siempre consulta a tu médico de cabecera antes de llegar a conclusiones con estos datos.