Autor: Carlos Calderon
El trastorno afectivo bipolar, como se le conoce a esta enfermedad por su nombre completo, es una enfermedad mental severa, en la cual se suceden diversos tipos de síntomas, como cambios de humor, dificultad para relacionarse, fases de manía y de euforia que pueden sucederse. Sus síntomas son tan variados que suele decirse que existe una relación entre esquizofrenia y bipolaridad.
Lo cierto es que ambas enfermedades son un trastorno complicado cuando se trata de relacionarse con quienes la padecen, y es por ello que las relaciones con una persona con trastorno afectivo bipolar suelen ser complicadas y llenas de altibajos. Aquí verás algunos consejos que te ayudarán a mantener la relación con una pareja con trastorno bipolar.
Qué es el trastorno bipolar
Es una enfermedad mental severa que se caracteriza por severos cambios de humor en los cuales el paciente tiende a llevar a cabo acciones que le complican la vida y que luego se arrepiente de haber realizado. En muchos casos se piensa que se pueden dar la esquizofrenia y bipolaridad juntas, pero lo cierto es que aunque cuentan con síntomas parecidos, son enfermedades por completo diferentes.
En el caso de la bipolaridad se suelen dar fases de manía o de euforia, y fases depresivas. En las fases de manía la persona bipolar suele pasar por estados de animación, de tranquilidad y alegría, de violencia, puede estar nerviosa o asustada y hablar rápido de muchos temas, puede mostrarse creativa y enérgica y otros tipos de síntomas. En los momentos de depresión suele mostrarse indiferente, con pensamientos pesimistas, pierde el interés con facilidad, pierde el apetito, duerme demasiado y puede ser mordaz y en ocasiones grosero.
La diferencia entre esquizofrenia y bipolaridad es que la esquizofrenia es una enfermedad con episodios psicóticos, entre los que el paciente puede sufrir de alucinaciones, de delirios, puede presentar problemas para pensar correctamente e incluso para expresarse y hablar con propiedad. En este caso se afecta el cerebro, mientras que la bipolaridad afecta más que nada los estados de humor.
Relación con una pareja bipolar
Para llevar una relación con una pareja bipolar lo primero que se recomienda a ambos es que busquen ayuda profesional, no solo un médico que trate el trastorno, sino también un terapeuta de pareja que pueda ayudar y aconsejar a ambos. Una vez que se ha llevado a cabo este paso lo siguiente es mantener una conversación con el paciente para estar claros en lo que ambos buscan.
Para mantener a una persona con trastorno bipolar lejos de una posible detonación lo primero que se debe buscar es quitarle la mayor cantidad de estrés posible, pero sin eliminarle tareas de la vida, porque en los episodios de manía la persona puede mostrarse deseosa de ayudar y si no puede hacerlo entonces se aburre y puede pasar a otros episodios. Lo mejor es montar una dinámica de hogar en la que ambos lleven a cabo las tareas del hogar de una forma amena.
En muchas ocasiones, en estos picos del trastorno, la pareja puede tener actitudes o decir cosas que puedan afectar a su pareja. Es seguro que esto va a pasar, y que la persona se sentirá dolida porque es obvio que duele; sin embargo, debe tomarse en cuenta que el paciente no lo hace a posta o con maldad, y que lo cierto es que no piensa las cosas que dice. Se debe dejar en cuarentena el pasado, pero también dejar muy en claro que no se soportarán insultos ni agresiones en la relación.
Quien haga de pareja de una persona bipolar debe de buscar ayuda en solitario, para mantener su psique en buen estado, pues esto es algo que no es para cualquiera y que lo más seguro es que no se pueda hacer solo. Hay que estar cuidando de uno mismo con el fin de no desgastarse en la relación.
Sobre Carlos Calderon

Criado en un pueblo a las afueras de Madrid, soy médico de familia por vocación.
Empecé este blog para documentar mis estudios de Salud Pública pero pronto, se convirtió en un referente del sector.
Recuerda consultar a tu médico. La información de este blog es meramente documental y nunca te lo tienes que tomar como datos verídicos. Siempre consulta a tu médico de cabecera antes de llegar a conclusiones con estos datos.