Autor: Carlos Calderon
No pocas personas con VIH presentan también una infección por el virus de la hepatitis C. Descubre cómo se tratan estos casos.
Entre cuatro y cinco millones de personas en todo el mundo presentan una coinfección por VIH y el virus de la hepatitis C. En España, el porcentaje de personas que tienen VIH y presentan esta coinfección alcanza el 30%.
Tener tanto VIH como VHC complica el pronóstico y manejo de ambas infecciones. Aunque no se sabe exactamente a qué se debe, lo cierto es que el VIH aumenta la posibilidad de que la infección por VHC progrese, de forma que resulta más probable que se produzca un daño hepático cuando existe coinfección por VIH que cuando solo se padece VHC.
Por otra parte, no está claro si la hepatitis C empeora la infección por VIH, pero se sabe que complica el tratamiento de este virus, afectando a la elección de antirretrovirales y obligando que se haga un seguimiento de las posibles interacciones entre fármacos, así como de la función hepática.
Sin embargo, la buena noticia es que el VHC puede tratarse y curarse con independencia del estado serológico del VIH.
¿Cómo se escoge el tratamiento?
Partiendo de la base de que la persona que presenta esta coinfección debe tener la infección por VIH controlada (con un recuento de CD4 mayor a 200 para lo que se emplearán fármacos antirretrovirales), por lo general, la hepatitis C se tratará con una combinación de interferón y ribavirina(también han aparecido nuevos medicamentos conocidos como inhibidores de la proteasa).
Sin embargo, es posible que el tratamiento contra el VHC pueda causar una disminución temporal del número de CD4, algo que suele solucionarse con facilidad y que no debe ser motivo de preocupación.
En cuanto a los factores que pueden disminuir la efectividad del tratamiento contra el VHC, encontramos:
– Carga viral del VHC (cuanto más baja sea esta, más fácil será de tratar).
– El genotipo del VHC (por lo general los tipos 2 y 4 obtienen mejor respuesta).
– Un largo tiempo con la infección por VHC.
– Un alto índice de masa corporal.
– Resistencia a la insulina (diabetes)
– Falta de adherencia al tratamiento.
5 consejos para cuidar tu hígado
Proteger el hígado debe ser una de los principales objetivos de las personas con coinfección por VIH y VHC. Para ello, es importante seguir una serie de pautas:
1. Sigue una dieta equilibrada, baja en grasas, sal y azúcar. Alimentarse bien implica ingerir una cantidad importante de frutas y verduras, así como legumbres y frutos secos.
2. Bebe mucho agua para ayudar a tu hígado a eliminar los desechos y toxinas.
3. Mantén un peso adecuado. Los kilos de más aumentan el riesgo de desarrollar ciertas complicaciones hepáticas como el hígado graso.
4. Come chocolate negro. El consumo de cacao se ha relacionado con una mejor salud hepática, además de con un menor riesgo de desarrollar problemas cardíacos.
5. No tomes alcohol. Eliminar por completo el consumo de alcohol es fundamental para mantener el hígado sano. En muchas ocasiones, esto puede ayudar a mejorar la hepatitis más que los propios tratamientos farmacológicos.
Sobre Carlos Calderon

Criado en un pueblo a las afueras de Madrid, soy médico de familia por vocación.
Empecé este blog para documentar mis estudios de Salud Pública pero pronto, se convirtió en un referente del sector.
Recuerda consultar a tu médico. La información de este blog es meramente documental y nunca te lo tienes que tomar como datos verídicos. Siempre consulta a tu médico de cabecera antes de llegar a conclusiones con estos datos.