Autor: Carlos Calderon
Qué es la neutropenia: causas, síntomas y tratamiento
La neutropenia es una condición atípica que se da en la sangre y que facilita la entrada de los agentes infecciosos en el organismo humano. A decir verdad, se trata de una enfermedad un tanto infrecuente y realmente grave, produciendo la muerte en un 30% de los casos.
La causa de esta enfermedad se presenta con un nivel bajo de neutrófilos en la sangre, aunque aun no se ha podido determinar el causante de esta bajada de neutrófilos. Los síntomas se suelen presentar en forma de fiebre alta, escalofríos, sudoración, dolor abdominal, diarreas, tos seca, dolor en la zona anal y dificultad al orinar.

La agranulocitosis, o también conocida como granulocitopenia, suele también estar relacionado con el cáncer y el tratamiento contra el cáncer con quimioterapia o radioterapia, ya que estos pueden causar un nivel bajo de glóbulos blancos en el torrente sanguíneo. Existe mayor riesgo para los tratamientos que mencionaremos a continuación:
- Quimioterapia
- Tratamientos para tipos de cáncer que atentan contra la medula ósea, como la leucemia, el linfoma o el mieloma múltiple
- Radioterapia
Como es lógico, en personas de avanzada edad, existe mayor riesgo de la aparición de esta enfermedad, así como en personas que lleven soportando en periodos alargados el tratamiento contra el cáncer.
Causas de la neutropenia
Como hemos mencionado anteriormente, la neutropenia se presenta con un nivel bajo de neutrófilos en la sangre. Esta condición se puede determinar como suave, moderada y severa, dependiendo de los valores de cuenta absolutos del neutrófilo:
- De 1000-1500 cells/uL = Suave
- De 500-1000 cells/uL = Moderada
- Menos de 500 cells/uL = Severa
Aún no se ha determinado con exactitud lo que realmente causa esta enfermedad, aunque diferentes estudios han podido dividir las posibles causas en dos bloques:
- Neutropenia heredada. Dentro del grupo de la neutropenia heredada, encontramos la neutropenia congénita severa, la cual, se hereda como condición recesiva de un autosoma, y la clínica, esta ultima también conocida como hematopoyesis clínica. Otros síndromes como el síndrome de Kostmann, el de Hermansky-Pudlak, el de Chediak-Higashi, el de Barth, el de Cohem o el de Shwachman-Diamante pueden ofrecer la neutropenia como enfermedad derivada.
- Neutropenia detectada. Este tipo de neutropenia suele estar enlazado con virus sincitiales respiratorios, como el virus de la gripe, el de Esptein-Barr, la hepatitis, la varicela, el sarampión o la rubeola.
El uso de algunos tipos de drogas, incluyendo en el mismo los antibióticos, los antiinflamatorios o los anticonvulsivos también están relacionados con la aparición de la enfermedad, ya que algunas de estas drogas o medicamentos actúan como haptenos, los cuales, producen el anticuerpo que atenta contra los neutrófilos.
Cáncer y tratamientos oncológicos
El tratamiento oncológico tiene como misión curar el cáncer y es, básicamente y a modo muy resumido, el uso de radiación, medicamentos, terapias o cirugías destinadas a paliar el propio cáncer.

En cualquier caso, tanto si se trata de eliminar el cáncer, como si se trata de reducirlo, los tratamientos oncológicos suelen dividirse en tres bloques:
- Tratamiento primario: Cuya misión y principal objetivo es el de extirpar el cáncer de raíz y destruir todas las células que presenten el cáncer.
- Tratamiento adyuvante: Tiene por objetivo eliminar células cancerosas restantes que el tratamiento primario haya sido incapaz de eliminar.
- Tratamiento paliativo: Alivian los efectos secundarios del tratamiento contra el cáncer
Adentrándonos mas aun en los diferentes tipos de tratamiento, estos pueden realizarse en forma de cirugías, quimioterapia, radioterapia, trasplante de medula ósea, inmunoterapia, tratamiento hormonal, tratamiento farmacológico dirigido, crioablacion, ablación por radiofrecuencia y/o ensayos clínicos.

Medicamentos
Los medicamentos usados con frecuencia a la neutropenia se pueden dividir en diferentes bloques, dependiendo de su uso y destino: analgésicos, sistema nervioso, sistema cardiovascular y antibióticos. En la siguiente tabla, podemos observar una relación con los fármacos mas utilizados para cada caso.
Fármacos de uso frecuente asociado a la neutropenia | |||
Analgésicos | Sistema nervioso | Cardiovascular | Antibióticos |
Ácido Acetilsalicílico | Amitriptilina | Acetazolamida | Ácido clavulánico |
Alopurinol | Buspirona | Captopril | Amoxicilina |
Colchicina | Carbamazepina | Diltiazem | Ampicilina |
Diclofenaco | Clorpromacina | Gemfibrozilo | Cloxacilina |
Indometacina | Fenitoina | Furosemida | Cefotaxima |
Ibuprofeno | Fluoxetina | Hidroclorotiazida | Ciprofloxacina |
Piroxicam | Haloperidol | Lovastatina | Norfloxacino |
Levodopa | Ticlopidina | Rifampicina |
Infecciones
Algunos factores de riesgo de infección que están relacionados con la neutropenia los vamos a resumir en los siguientes puntos:
- Duración de la neutropenia
- Reserva medular de neutrófilos y sus precursores
- Número de monocitos
- Afectación de otros componentes del sistema inmune
- Funcionalidad de los neutrófilos y su capacidad de acceder a los tejidos
En cuanto a los diferentes tipos de infección, encontramos las infecciones bacteriemias localizadas en pulmón piel, tejidos blandos, tracto urinario o boca, patogenia y congénitas, de las cuales, se derivan enfermedades como la disgenesia reticular, la neutropenia clínica, la enfermedad de Kostmann, la mielocatexis y los síndromes de Shwachman Diamon, Chediak Higashi y el síndrome de fracaso medular.

Por último, mencionaremos que las infecciones se pueden originar también por bacterias originando fiebre tifoidea, shigelosis, brucelosis, tuberculosis, tularemia, rickettsia o sepsis grave. Mediante parásitos, originando malaria o leishmaniasis, o por virus como el VHA, VHB, VBC, VIH, VEB, CMV, parvovirus B19, VVZ y VRS.
Enfermedades autoinmunitarias
El sistema inmunitario protege a nuestro organismo de enfermedades e infecciones. Pero, ¿Qué pasaría si padece una enfermedad autoinmune? El propio sistema inmunitario ataca a las células sanas del cuerpo por error.
Hoy en día se desconocen las causas que origina este comportamiento del sistema inmune, aunque estas enfermedades tienden a ser hereditarias. Existen hoy en día más de 80 tipos de enfermedades autoinmunitarias y comparten la inflamación como síntoma en común. Esta inflamación puede causar enrojecimiento, acaloramiento, hinchazón y dolor.
Trastornos de la médula ósea
En cuanto a los trastornos de la médula ósea, podemos aseverar que son varias las enfermedades que pueden atentar contra la estructura de la medula ósea como la leucemia, los trastornos mieloproliferativos, síndromes mieloproliferativos y anemias.

- Leucemia: Cáncer de las células blancas de la sangre que afecta a cualquiera de los cinco tipos de leucocitos. Este tipo de cáncer puede ser aguda o crónica y cuya persona afectada puede presentar infecciones frecuentes, fatiga, hematomas, anemia, sudoraciones nocturnas y dolores óseos.
- Trastornos mieloproliferativos: Grupo de enfermedades localizadas en la propia medula ósea y caracterizada por la producción excesiva de un precursor celular.
- Síndromes mielodisplásicos: Grupo de enfermedades que se caracterizan por la producción anómala de células de la medula ósea. Los SMD, como también se le conocen, suelen incluir anemias, neutropenias, trombocitopenias o displasias
Causas adicionales
Otras causas que pueden condicionar la aparición de neutropenia se deben a los trastornos que se pueden presentar en el nacimiento, como el síntoma de Kostmann, carencia de vitaminas o anormalidades en el bazo.
Síntomas de la neutropenia
Los síntomas de la neutropenia pueden ir, desde no generar ni un solo síntoma que lleve a pensar que la persona sufre la enfermedad, hasta un amplio abanico de síntomas. La parte mas negativa de esta enfermedad es sin duda, que cualquier infección leve se puede convertir en una infección muy grave y en poco tiempo.
Algunos de estos signos pueden ser los siguientes:
- Sudoración excesiva
- Fiebre extrema
- Dolor de garganta y proliferación de llagas en la boca y dolor de dientes y encías
- Dolor focalizado
- Diarreas y llagas alrededor del ano
- Secreción vaginal “en el caso de las mujeres”, fuera de lo normal

Cómo diagnosticar la neutropenia
A la hora de diagnosticar la neutropenia, se puede realizar mediante diagnóstico diferencial, el cual, requiere realizar previamente una historia clínica completa y una exploración física a fondo.
Por otra parte, es obligatorio hacer una evaluación del frotis de sangre periférica y, en pacientes con afectación de otras series hemáticas, se debe realizar un estudio de medula ósea, la cual, permite diferenciar entre la neutropenia secundaria y la debida a causas centrales.
Determinar la causa
Para determinar la causa de esta enfermedad, se investigan los fármacos usados por el paciente. Además, un examen físico buscara la presencia de esplenomegalia, aunque la prueba mas importante es el examen de medula ósea.
Dicho examen determina si la neutropenia se va a deber a una menor producción medular o si es secundaria. En los pacientes que presentan la neutropenia de manera crónica desde la lactancia, se realizarán recuentos de leucocitos tres veces por semana durante seis semanas para poder evaluar cualquier periodicidad. En cuanto a los pacientes de neutropenia clínica, las plaquetas y los reticulocitos suelen presentar oscilaciones clínicas sincrónicas.
Evaluar la infección
A la hora de evaluar la infección de un paciente es su gravedad, ya que esta nos va a condicionar a la hora de la toma de decisiones. El grado de gravedad viene representada tanto por el grado de afectación sistémica como por las consecuencias que se derivan de ella.

El principal sistema de evaluación de la gravedad sistémica de la infección es la clasificación SIRS, aunque no es la única. Esta se divide en sepsis, sepsis grave y shock séptico.
Otro sistema de evaluación es el Score de Pitt, una sencilla clasificación diseñada con fines de investigación y que han demostrado tener valor a la hora de realizar pronósticos.
Otros sistemas de evaluación de infecciones que debemos de citar son el PSI, el Score de Fine, el Curb 65 o el score Lrinec.
Control y tratamiento de la neutrocitopenia
En cuanto al control y tratamiento de la neutrocitopenia, hay que poner en valor los cuidados paliativos, también denominados de atención de apoyo. Uno de estos cuidados mas importantes es el recuento de neutrófilos, sobre todo tras el tratamiento mediante quimioterapia o radioterapia. Los niveles de neutrófilos pueden alcanzar un punto muy bajo, alrededor de una a dos semanas después del tratamiento. Este hecho puede presentar, con total seguridad, una infección, por lo que hay que poner de manifiesto la importancia de dicho recuento.

Cuando el nivel de neutrófilos vuelve a su estado normal, el paciente estará preparado para el siguiente ciclo de quimioterapia, aunque el medico siempre va a disponer de la ultima palabra, ya que el paciente puede presentar neutrocitopenia o lentitud a la hora de reestablecer el número de neutrófilos normal.
En cualquier caso, el medico mandará antibióticos durante los periodos mas largos de neutrocitopenia para tratar de combatir y prevenir las infecciones. En cualquier caso, si el tratamiento como la quimioterapia causa neutrocitopenia con fiebre, el medico va a disponer de la opción de mandar medicamentos que sirven para ayudar al organismo a la producción y fabricación de glóbulos blancos.
Las estadísticas de supervivencia difieren en función del tipo distinto de cáncer que se padezca. No obstante, las estadísticas son solo números, no personas. Si padeces de esta enfermedad, lucha cada día por superarla y no tengas en cuenta en ningún momento la estadística de esperanza de vida, ya que esta no va a determinar en ningún momento el tiempo que vas a vivir.
Sobre Carlos Calderon

Criado en un pueblo a las afueras de Madrid, soy médico de familia por vocación.
Empecé este blog para documentar mis estudios de Salud Pública pero pronto, se convirtió en un referente del sector.
Recuerda consultar a tu médico. La información de este blog es meramente documental y nunca te lo tienes que tomar como datos verídicos. Siempre consulta a tu médico de cabecera antes de llegar a conclusiones con estos datos.