Autor: Carlos Calderon
La depresión es uno de los trastornos de ánimo más frecuentes en la población. Se detecta cuando las personas están más tristes de lo normal y pierden por completo el interés de compartir y hacer cosas que antes disfrutaban. A menudo, las alteraciones conductuales, anímicas y cognitivas deterioran las relaciones interpersonales e interfieren con las actividades cotidianas.
Seguidamente, tienden a sentir fatiga, insomnio, trastornos alimenticios, desesperanza y negatividad. Muchos se preguntan a diario cómo salir de la depresión y la ansiedad, por lo cual te presentamos una serie de alternativas que te servirán para cambiar de frecuencia.
Motívate
Para combatir la depresión: consejos. Lo primero que puede servirte, es establecer y cumplir un horario todos los días. Sí, aunque te parezca un poco extraño, hará que mantengas la motivación todos los días, considerando que las personas deprimidas se caracterizan por tener una actitud pasiva ante todo lo que les rodea. Eleva tus niveles de energía y distribuye tu tiempo para que no le des entrada a los pensamientos negativos.
Trázate metas
Idealiza las cosas que deseas en tu vida, proyecta tu futuro y haz todo lo que consideres necesario para que cumplas tus metas. Sabemos que no es tan fácil pero al ser realista, te mantendrás enfocado y podrás ir dando pequeños pasos en esa dirección.
Practica ejercicio
Siguiendo con el lema “mente sana, cuerpo sano”, puedes comenzar tus rutinas de entrenamiento, ya que te ayudarán a liberar endorfinas y a mejorar tu estado de ánimo, combatiendo efectivamente la depresión. Igualmente, fortalecerás tu sistema inmunológico y tus músculos, mientras se incrementa tu autoestima y descansar placenteramente. Otro de los beneficios de practicar ejercicio de forma regular, es que evita la aparición de Alzheimer y de otras enfermedades cardiovasculares.
Escribe qué es lo que te afecta
A modo terapéutico, toma un papel y escribe todas las cosas que te hacen sentir mal. De esta manera, podrás conectarte contigo mismo, mientras identificar las causas de tus problemas e incomodidades y comienzas a trabajar en ello. Analiza todos tus pensamientos, evalúa desde un punto de vista neutral y ve cambiando todas tus creencias limitantes, aquellas que te implantaron desde niño y que se fueron convirtiendo en patrones tóxicos. Combate la negatividad con pensamientos positivos.
Di lo que sientes
Es muy importante que te desahogues con alguien de confianza, esto te permitirá canalizar mejor tus emociones y tus pensamientos. Puedes quemar la hoja donde escribiste las cosas que te afectan, llorar e incluso gritar, pero drena y no reprimas nada, saca todo lo que llevas dentro, incluso la frustración.
Sal y socializa
No te aísles, practica actividades al aire libre, asiste a eventos, participa en las conversaciones de tu entorno, organiza cosas que te gusten, como por ejemplo, ir a un paseo, tomar un café o salir al cine. Cambia de rutinas y mira las cosas desde otro punto de vista, podrías viajar, hacer un curso de algo que te guste, que te apasione, hasta conocer nuevas personas.
Busca ayuda profesional
Hay ocasiones en que es difícil salir solo de la depresión, por ello, puedes buscar orientación profesional por parte de un psicólogo. Sin duda, te dará las herramientas necesarias para que superes la situación y te sientas mejor.
Cómo motivarse cuando estás deprimido parte de tener la iniciativa para cambiar de hábitos, siguiendo una serie de pautas, a fin de mejorar el estado de ánimo. Cómo ayudar a una persona depresiva bipolar requiere de un poco de esfuerzo, ya que al apoyarla y comprenderla, será más fácil que siga las indicaciones del especialista, ponte en su lugar, transmítele tranquilidad y motívale para que reciba psicoterapia.
Sobre Carlos Calderon

Criado en un pueblo a las afueras de Madrid, soy médico de familia por vocación.
Empecé este blog para documentar mis estudios de Salud Pública pero pronto, se convirtió en un referente del sector.
Recuerda consultar a tu médico. La información de este blog es meramente documental y nunca te lo tienes que tomar como datos verídicos. Siempre consulta a tu médico de cabecera antes de llegar a conclusiones con estos datos.