Pruebas, tratamientos y fármacos biológicos

Artículo y fuentes actualizadas en: junio, 2023
Autor: Carlos Calderon

La artritis es una enfermedad muy conocida, que puede atacar en cualquier momento y a cualquier persona, puesto que todavía no se conocen las causas que hacen que se presente. Esta es una enfermedad que es deformante en muchos de sus casos, y que es capaz de ocasionar un gran dolor e inflamación a las articulaciones del paciente. Es una patología que amerita de un buen tratamiento, y que por el momento no tiene cura.

No obstante, entre sus tratamientos se  han conocido varios tipos de remedios que pueden ayudar a paliar los síntomas, y de esa manera permitir a los pacientes tener una vida normal y saludable.

Estos tratamientos eran de origen farmacológico y algunos también de origen natural han demostrado tener cierta utilidad para el tratamiento de la enfermedad; pero hoy en día los que se han presentado han sido los tratamientos biológicos, que son la nueva apuesta de los médicos en el tratamiento de esta enfermedad. Conoce todo sobre este nuevo tratamiento aquí.

Qué es un tratamiento biológico

Hay muchos tipos de tratamientos que pueden ayudar a los pacientes a luchar con diversas enfermedades. Primero encontramos los conocidos tratamientos farmacológicos, que son aquellos que cuentan con fórmulas químicas testeadas por médicos y empresas de renombre para producir medicamentos contra diversas enfermedades. Algunos de estos tratamientos son las quimioterapias.

Tenemos también los tratamientos naturales, que son los que se utilizan en la medicina natural y que son menos invasivos para el cuerpo, y que cuentan con pocos efectos secundarios sobre el mismo. Se ha dado un buen resultado con estos tratamientos en diversas enfermedades, y cada vez son más utilizados, puesto que se ha dado un estilo de vida muy natural en estos últimos días.

El tratamiento biológico es un nuevo estilo de tratar enfermedades; se conocen por el nombre de modificadores de la respuesta biológica, y han sido utilizados en el tratamiento de diversas enfermedades, como el cáncer, el SIDA y la artritis. Lo que hacen estos tratamientos es modificar la respuesta biológica del cuerpo para que trabaje y luche de una manera en la que se busca para vencer la enfermedad.

Los inmunosupresores son los más comúnmente utilizados para tratar la artritis, teniendo un buen impacto en esta.

Los tratamientos biológicos más comunes

Hoy en día hay muchos medicamentos biológicos que pueden implementarse en la lucha contra la artritis. Estos fármacos deben ser recetados por un médico calificado y con experiencia con el fin de que funcionen de manera correcta.

Algunos de estos tratamientos son:

  • Etanercept (Enbrel): Este modificador de la actividad biológica juega un papel en la acción de un factor químico que lleva por nombre necrosis tumoral, que juega un papel decisivo en el proceso antiinflamatorio. Este tratamiento se ha aprobado para el tratamiento de la artritis reumatoide
  • Infliximab (Remicade): Este es también un elemento que afecta la respuesta antiinflamatoria del cuerpo, y que se ha aprobado en tratamientos para la enfermedad de Crohn y la artritis reumatoide
  • Adalimumab (Humira): Este se utiliza para reducir los efectos dañinos de la enfermedad en las articulaciones. Se utiliza en pacientes adultos con artritis reumatoide moderada o severa que parecen no tener un buen efecto con los tratamientos convencionales.
  • Abatacept (Orencia): Bloquea la activación de linfocitos T en personas con artritis reumatoide. Se suministra por vía intravenosa por espacio de 2 y 4 semanas, y luego mensualmente.

Estos son solo algunos de los tratamientos biológicos conocidos y aprobados, pero cada día son más los que surgen para tratar esta enfermedad.

Sobre Carlos Calderon

carlos calderon

Criado en un pueblo a las afueras de Madrid, soy médico de familia por vocación.

Empecé este blog para documentar mis estudios de Salud Pública pero pronto, se convirtió en un referente del sector.

Recuerda consultar a tu médico. La información de este blog es meramente documental y nunca te lo tienes que tomar como datos verídicos. Siempre consulta a tu médico de cabecera antes de llegar a conclusiones con estos datos.